domingo, 31 de julio de 2011

Dar



Nunca des una rosa por un beso
ni una pluma porque te escriban un poema.
No des amistad para comprarla
ni amor para que todo te devuelvan.

Da lo que tienes...sin esperar salario.
Da de tu corazón...lo que te pida.
Que el sentimiento no lleva etiqueta,
ni precio...ni factura...

Da ...porque sí...
porque tu alma esté tan llena
que puedas regalar...hasta la vida.


Palabras...



Palabras....
Tan sólo eso...palabras.
Notas que van surgiendo.
Solas. Acompasadas.

A veces...como el lamento
de una tristeza lejana.
Otras como una sonrisa
o una caricia robada.

Notas que danzan.
Que se pasean
en las tardes serenas
o en las mañanas.

Yo...las recojo contenta
y me hago con ellas
una guirnalda.
Y se hacen flores
sobre mi pecho.

Y su sonido y su aroma
como una sinfonía
cuando salgo a la calle
a mí me acompañan.

¿Cómo sonará tu voz?
¿Como un violín, tal vez?
¿Dulce como una flauta?
¿Tal vez como una guitarra?

Cántame con tu voz.
Lléname de flores cada mañana.
Que tengo un pentagrama
con notas de mil colores
para escribirte una balada
llena de amores.










sábado, 30 de julio de 2011

* MUSSI *


Un suave ronroneo cerca de mí hizo que, por unos instantes, interrumpiese el relato que estaba escribiendo.
A los pies de mi cama, sobre una de mis zapatillas, de la que hacía ya un buen rato se había apropiado, dormitaba, algo inquieta mi gatita Mussi.
La miré sonriendo. Era algo curioso. En cuanto me ponía a escribir, élla acudia a mi lado y...esperaba, atenta a mis pies.

Tengo la costumbre (y élla lo sabe) de escribir a veces echada en mi cama, apoyada la cara en mi mano izquierda y acompañando el sentido de mi escrito con el balanceo de los pies.
Y Mussi...lo sabe. Y espera. Espera a que en uno de esos movimientos se me salga una zapatilla...y caiga al suelo. ¡Es su momento! Se abalanza sobre ella, como si estuviese acechando a un ratón; la atrapa entre sus patitas y apoyando su cabeza sobre la zapatilla...se queda dormida.
Yo, a veces, la hago esperar y esperar, riéndome para mis adentros, por ver si se cansa y cambia de actitud, pero...nada. Mussi se mantiene allí, firme, hasta que la zapatilla cae y es cazada casi al vuelo.

Pero, esta tarde...algo o "alguien" la está fastidiando, porque escucho su enfado y su nerviosismo. Una mosca, que ni idea tengo de dónde habrá podido salir, pretende jugar a la comba con sus bigotes.
No sé cómo terminará el juego. De momento, la mosca lleva dos puntos en su haber que indican que se está pasando de lista. Y temo que pronto finalizará el juego. No sabe esta mosca a quién tiene de adversaria.

¡Yaaaa! Era de suponer. Un pequeño bufido es el colofón a esta "cruenta" batalla. La mosca ha sucumbido y veo un pequeño punto negro en el suelo que aún se agita ligeramente.

K.O. en tres asaltos.

Mi zapatilla y Mussi, vuelven a su reposo.
Yo...a mi escritura.


Adel

viernes, 29 de julio de 2011

Sabes...




Sabes que me desvelo, que me desvelas;
que se me escapa el sueño, que me lo robas.
Que vigilo a la Luna cuando en la noche
se cuela entre los visillos hasta tu alcoba

Sabes que no me fio, que es muy hermosa
y sabe enamorarte y decir lisonjas
con sus rayos de plata, con su sonrisa.
Vamos...que no me fio ni de su sombra.

La veo que va esta noche con sus andares
como tigresa en celo y ojos de loba
en busca de un amante, pidiendo guerra
recorriendo la noche de loma en loma.

Que se busque un amante, o cien, o miles
pero que lo haga lejos de donde moras
Que yo rondo tu calle noche tras noche
con garras de tigresa y ojos, también de loba.

En cuestiones de amores...si se precisa
yo le gano a la Luna...y a quien se ponga.

*

Se busca...

           Se buscan....

           Gatos que no calcen botas ni de media legua, de suaves bigotes.
                  Que no ronden la noche ni tengan amos de sangre azul.
                  Que maúllen tan sólo a la Luna cuando anda escondida
                   y que no se traten con golfos mininos de pardo pelaje.
                          (Mi gatita está necesitada de novio. Yo no.)

              Yo, busco desesperadamente dos lágrimas que perdí anteayer.
                      Son recuerdo de un tiempo pasado. Se gratificará
                             expléndidamente a quien las encuentre.
                            Las necesito para llorar un perdido amor.

               Busco también, dos suspiros y un largo lamento. Unas gafas
                    de arcoiris para ver de lejos lo que no se puede ver.

                    Una bolsa para guardar los "te amo" y los "te quiero"
               que salieron de labios y dedos pintados de verdes mentiras
             con olor a estiércol. (la bolsa, por favor, que carezca de fondo)

                  Y si puede ser, quisiera que alguien me ayude a buscar
                                   la mirada que tenía al nacer.
                Se me fue perdiendo a las pocas horas de venir al mundo y
             aún queda en el aire nocturno el eco del ruído que sonó al caer.

                    Lo anterior no es que sea urgente, pero...esa mirada
                   me urge, ¡me urge! antes de que pierda del todo la fe.

                 Llamadas: a cualquier noche sin Luna, a partir de las tres.

Adel

jueves, 28 de julio de 2011

Sombras y claridades

                             




                                     Entre claridades ya casi ausentes
                                              y algunas sombras.
                                            Entre ese duermevela
                                        y el jodido tic-tac del reloj,
                                 noto que te adentras por mis sentidos;
                                              que los despiertas,
                                         que enciendes la hoguera
                                     de mis deseos más escondidos
                                                gritando alertas.
                                               Te vas deslizando
                                          de la mano de mi mano...
                               la diriges con gran firmeza...o la detienes...
                                 y hasta la exiges que descubra rincones,
                                             pliegues adormecidos;      
                                      valles...senderos casi escondidos,
                                      mientras la noche se va llenando
                                        de sensaciones y de suspiros.
                                            No quiero abrir los ojos,
                                            no quiero verte ausente;
                                 pero siento que reposas sobre mi vientre.
                                               Así, en este abrazo,
                                        vamos dejando pasar la noche...
                                                   Y los suspiros
                                  se van calmando mientras llaman al sueño
                                         que, entre sombras y claridades
                                             se va quedando dormido
             de amor saciado.

martes, 26 de julio de 2011

Venciendo la niebla






Niebla....niebla espesa y oscura que envuelve las calles y las plazas; que se prolonga más allá de los paisajes y se adentra, a veces, hasta el alma.
Frio que inunda el corazón y te deja aletargada, sin ánimos para respirar siquiera; sólo te apetece estar acurrucada, envuelta en una cálida y suave manta de silencio  dejando que los pensamientos vuelen hasta alguna playa tranquila y soleada en la que poder desnudarte por completo de cuerpo y alma...y dejar que el tibio sol acaricie tu piel y te abrace con sus rayos de esperanza.

Pero...la niebla permanece prendida en las ramas de los altos chopos que bordean el rio...en el sauce que llora cada dia sus eternas lágrimas...en el roble...en las acacias...

Hay que volar, amiga mia...hay que subir más alto; utilizar los sueños para llegar a la copa de los árboles que rozan casi el cielo...para huir de la melancolía que se enreda en nuestras almas como hace la niebla en los altos chopos, y nos deja así....como dormidas sin sueños de colores, sin el brillo de las flores, sin aromas y sin risas que despiertan y que cantan.

Quiero llevarme tu niebla hasta donde nada pudiera alcanzarla hasta las estrellas, que se esconden en su velo gris de gasa; que se quedan casi rotas en la noche...como jirones de luz en busca de algún alma en la que quedarse dentro... luminosa... haciendo que brille tu sonsira y tu mirada.

Dame tus manos frias; te daré mi calor esta mañana en que la niebla no podrá con tus sueños...con tu alegría...con el color de tu amistad...con el calor sincero de tu alma...
Ya brilla el sol...¿no lo ves? ¿no lo sientes?....hoy dejaré que hibernen tus osos polares y te dejo este paisaje que te dará algo más de calor.

¿Ves? la niebla...¡ya levanta!

                         
                                                     *


Este escrito es de hace unos meses, y se lo dediqué a una amiga. Afortunadamente ahora no hace tanto frío ni hay por aquí osos polares.

Es posible que le guste a Jana, la de la Niebla.

                          

Gracias al amor


Amor...que amaneciste conmigo una mañana
cubierto con la inocencia de la aurora
y con aroma de flores de lavanda...
¡Gracias por existir!

Amor...que acompañaste mis primeros años
mostrando ante mis ojos un mundo hermoso
lleno de ilusiones y esperanzas...
¡Gracias por venir a mí!

Amor...que despertaste mi alma y mi cuerpo
al juego de los sueños y los deseos
y me hiciste volar sin tener alas...
¡Mil gracias para tí!

Amor...que colmaste mi vida de esperanzas
realizadas y que a cambio, me diste alegrías,
dolor, placer y lágrimas...
¡Gracias por resistir!

Amor...que he de buscarte en mis dias grises
y en mis noches largas; y cobijarte en mi
Pequeño Mundo Perfecto para que no te vayas...
¡Gracias...gracias...por hacerme vivir!


*


lunes, 25 de julio de 2011

La loca de la casa




Llevo un buen rato con mi cuadernito y mi boli intentando escribir algo y...no se me ocurre nada.
Y es que hay dias, como hoy, por ejemplo, que no hay forma de enhebrar las palabras y siento las ideas como si un gato hubiera estado jugando toda la noche con ellas.
Bueno,lo que quiero decir es que tengo la cabeza llena de imágenes totalmente enmarañadas y asi...no hay quien escriba algo un poco comprensible o coherente.

No sé a qué se deberá que unos dias me resulte fácil dejar mis pensamientos en el papel y otros, en cambio, no sea capaz de poner dos palabras juntas y con un mínimo sentido.
Tal ves sea por el estado de ánimo y esas cosas, pero noto que, cuando estoy un poco ¡PLUFF! como yo digo, me gusta alejarme, cogida del brazo de la imaginación a viajar hacia otros lugares más agradables. Pienso ahora en un tren que recorre campos llenos de belleza...y me acerca hasta el mar y noto cómo me acaricia su brisa y siento su rumor y su música.

En esos momentos, me gusta cerrar los ojos e imaginar. Imaginar que estoy en aquel tren. Aquel pequeñito y antiguo tren que recorría campos llenos de almendros cubiertos por ese maravilloso manto, blanco como la nieve, que son sus flores. De naranjos y limoneros.
Viendo amanecer mecida por el suave y dulce traqueteo del tren y contemplando cómo se asomaba tímidamente el sol entre las hojas de los árboles. Llenando de luz ese cielo tan azul...camino del mar.

¡Es tan fácil sustraerse a la realidad con la Loca de la casa!...con la Imaginación....
Y es ella, precisamente, la que todo lo embrolla y lo lía. Y me fabrica sueños inalcanzables; imágenes paradisíacas como las que acabo de dejar atrás. Y luego...lo mezcla todo en mi cabeza, sin ningún cuidado, sin ningún pudor. Haciendo que mi ánimo se altere , se trastoque y no sea capaz de escribir...si no es de élla.
Es una auténtica tirana que me trae y me lleva como a una marioneta cuyos hilos maneja a su placer.
Y...¡de nada valen las súplicas! Élla es quien lleva las riendas, arrastrando mi mente y mi corazón, cuando quiere, por los pedregales de la realidad y haciendo que deje en ellos , pedazos de alma y de vida.

¿Creeis que algún día podremos con élla? ¿Que existe algún modo de ponerle freno?
Yo, creo que no. Y si he de ser sincera, prefiero que así sea, pues mientras ella exista, la vida puede ser mucho mejor y más placentera.

¿Veis? Al final...élla, siempre...siempre...sale triunfadora.

Tiempo de nostalgias



A veces, el tiempo pesa como manta mojada y se hace lento nuestro caminar por la Vida. Añoranzas y deseos pesan demasiado sobre los hombros del alma; hasta soñar, es un esfuerzo doloroso y, así, una tras otra, van quedando las noches desiertas y vacías.

Vacías, como vacíos quedan los bancos de los parques en invierno, donde los amantes soñaban al calor del amor y el entorno florecía con sus besos y caricias a la luz de la luna o bajo el ardiente sol.

Hoy...veo el parque desierto -y no es invierno-, los bancos abandonados y huérfanos de amor. Ya, nadie viene a compartir sus sueños con la brisa y los besos se quedaron escondidos entre el ramaje que crece, descuidado; sólo la lluvia proteje algún deseo que quedó perdido en algún árbol cercano...entre las hojas caidas o en su tronco grabado.

El tiempo ha pasado, arrasando sentimientos, dejando un poso triste de nostalgia en este rincón donde ya, tan sólo viene a refugiarse un perro abandonado. Parece que sabe que, aquí, quedaron algunas caricias olvidadas y, entre ellas, encuentra consuelo para su abandono, para la ingratitud humana....para la nostalgia.

viernes, 22 de julio de 2011

Corazas...



¡Qué extraño el mundo de los sentimientos! ¡Qué sorprendente y magnífico es casi siempre! Vamos caminando por su extenso y abierto paisaje y, sin embargo, no hay ni un sólo instante que, en nuestro caminar, no nos sorprenda con una nueva y desconocida visión. A veces, caminamos por amplias avenidas en donde el amor brilla como un sol cálido y grato, acariciando nuestra piel sin quemar. Dejando que los mejores sentimientos jueguen, libres, en las vastas explanadas amables y serenas, sin nada ni nadie que perturbe esa serenidad.

Todo nos resulta cómodo, sencillo, acogedor; las palabras fluyen como arroyos haciendo florecer al paso de sus cristalinas aguas, flores y plantas aromáticaas que embellecen el alma. Es entonces, cuando decir "te quiero" nos suena a melodía celestial, cuando besar unos labios es como probar el néctar de la felicidad más absoluta y el horizonte se nos muestra repleto de manjares exquisitos que nos invitan con insistencia a probarlos y a sentir que estamos en el paraíso.

Pero, de pronto...algo ocurre en el cielo, en nuestro cielo y, ante ese sol brillante aparece una nube que comienza a oscurecerlo. ¡Qué extraño -pensamos-, si no es tiempo de tormenta! ¿De dónde habrá surgido esa negra nube?
Intentamos contínuar por esa amplia avenida, con la visión de ese hermoso paisaje...y ya no es posible. Tras de la nube, advertimos la silueta de un viento helado que nos empieza a hacer temblar. Corremos, asustados, sin poder comprender lo que está ocurriendo; sin saber de dónde ha salido esa amenaza, sin poder asimilar que "algo" nos está pasando, a nosotros, que creíamos tener todo lo mejor en nuestras manos y éramos poseedores de una auténtica fortuna de sentimientos.

El camino comienza a estrecharse y la angustia va brotando a ambos lados del camino amenazando con alcanzarnos. Ya, no vemos ni el arroyo ni esas flores que nos alegraban el alma. Tal vez, haya llegado el momento de buscar ese otro "algo" con lo que protegerse, con lo que defenderse, con lo que luchar.
Es posible que no todos sean capaces de pararse a pensarlo y se dejen atrapar y vencer. Pero, hay otros muchos como nosotros ¿por qué no? que nos detengamos a buscar en nuestro interior y encontremos nuestra mejor arma, la verdadera, la que nos hará ganar esa batalla.

En ese mundo de sentimientos también existe la perseverancia para seguir amando en momentos difíciles; el consuelo, las palabras de ánimo, ese abrazo que es capaz de viajar hasta donde sea necesario para abrigar a quien está sintiendo frío. Esa lágrima que se va convirtiendo en arroyo y hace crecer con su llanto compasión y ternura...a pesar de la sal.
Puede que ese arroyo sea un poco amargo al principio, pero lo sorprendente es que, en sus orillas, vuelven a crecer nuevas flores y plantas aún más olorosas, más aromáticas porque van fructificando con el dolor.

El mundo de los sentimientos es infinito. El mundo que nos rodea, no siempre es cómodo y amplio y debemos guardar nuestras reservas de amor para caminar sin peligro por esas encrucijadas que, de pronto, aparecen ante nosotros. Sus aristas son sumamente afiladas e hirientes pero, tenemos (debemos de tener) una buena coraza a mano que nos haga el camino más fácil y nos defienda de los duros ataques de la vida.

Es sorprendente el amor. Puede adquirir la forma, la textura que desees. Puede ser una flor tan leve y delicada como un suspiro..o una coraza indestructible capaz de proteger a quien amas. Y, por supuesto a tí mismo.
Tú eres quien lo decide.

jueves, 21 de julio de 2011

Paisaje de sueños




Todo cuanto deseo. Los paisajes más hermosos o lejanos, los colores no inventados, las fragancias imposibles de inventar. Todo, todo está en mi sueño.

Sueño de humo que es capaz de dibujar y dar forma a mis deseos. Siento el origen de la llama por dentro; su fuego, su calor. Hoquera ardiente que da vida a mis pensamientos.

Me dejo llevar por un sopor mágico que se va posando en mis párpados y dibuja en el aire su silencio. Humo azulado que forma círculos concéntricos, formas extrañas; jirones de sueños desgarrados y dispersos.

Entre nubes de sábanas blancas comienza la danza del fuego y del sueño. Velos transparentes que lentamente atravieso; alas que me llevan hasta el mismo borde de tu sonrisa, donde comienzan a nacer tus besos.

Miles de lunas en tu firmamento...pero sólo una que lleva tatuada tu nombre, en la que yo me acomodo, en la que encuentro reposo y aliento.

Barco a la deriva que atraviesa el mar de mil tormentos. Pero siempre firme el timón. Segura la vela que con energía va empujando el viento.

Paisaje de sueños que dibuja una canción, una mirada, un sentimiento. Humo azul que desaparce en la oscuridad, dejando abiertas las puertas a otro fuego, a otros sueños, a otros deseos....

*

miércoles, 20 de julio de 2011

Hojas...


Hojas, simplemente hojas
que se desprenden de la rama.
Que caen, como cansadas
pero nunca vencidas.

Hojas...

Voces, palabras,
suspiros de las plantas
que, a veces, se escapan
sin tiempo, sin sentido.

Hojas...

Que escriben el misterio
infinito del tiempo
con letras tan vivas
como el sentimiento.

Hojas...

El silencio me acuna
lo mismo que a ellas.
Y en la tierra descanso.
Y a la tierra me aferro.

Hojas...

Corazón de una rama
en las manos del viento...

*

 

¡Espera!



¡Espera! No llames aún a la aurora.
Deja que la noche nos envuelva un poco más,
que cobije nuestro amor entre sus sombras,
que el silencio, sólo la pasión lo rompa.

Que no descubra el secreto la luz
y venga a cubrirme de pena tu ausencia.

¡Espera! No despojes de mi piel el deseo.
Deja que se empape mi cuerpo de tí.
Que quede tatuado tu aroma en mi piel
antes de que llegue al alba el rocío
y deje empapada mi alma de hiel.

¡Espera! Déjame que en sueños calme
en tí mi sed, no sueltes mi abrazo.

Que va a amanecer y al profundo abismo
de la soledad no quiero caer.
No llames aún a la aurora, mi amor.
Deja que en la noche yo te siga amando.
                             Duérmete y espera. Sigamos soñando.
                                                  
    *

lunes, 18 de julio de 2011

Soledad



Cerraré todas las puertas.
Sí, yo misma he de cerrarlas.
Dejaré dentro los silencios.
Que callen, que no digan nada.
Guardaré bajo llave algunos sueños
antes de que los descubra el alba
y se los lleve muy lejos,
donde ni siquiera les alcance mi mirada.

Las palabras. ¡Ay, las palabras!
Dormitan junto a mí, desfallecidas.
Nada puedo hacer para animarlas.
Quiero dormir también con ellas,
que la noche nos envuelva en su sudario
que el tiempo pase, lentamente.
Nos disuelva en el aire sin medida,
sin control, sin calendario.

Cerrar las puertas, sí. Abandonarme
a los brazos amantes de la oscuridad.
Ausente la Vida. Sin cantos ni flores.
Abiertas del todo las puertas
del alma...a la soledad.


Adel

sábado, 16 de julio de 2011

Trágico destino

Cuando desperté el corazón me latía ruidosamente y con una fuerza brutal, como queriendo salirse de mi pecho. Aún quedaban algunas estrellas despiertas y en el cielo brillaba una extraña luz anaranjada que se agitaba lo mismo que los visillos cuando los agita el viento, fruto tal vez, de algún incendio o de alguna hoguera aún inextinguida.
Intenté incorporarme, pero el dolor me lo impedía y, al momento, comprobé que no estaba en mi cama y que el dolor que sentía estaba originado por algún fuerte golpe y a causa de mi postura. Tenía un brazo debajo de mi cuerpo y la cabeza ladeada, en una torsión inverosímil y muy dolorosa.

Gritar y pedir ayuda resultó algo imposible ya que, aún en el caso de que hubiese podido hacerlo, nadie me hubiese escuchado. Me encontraba tirada en medio de la nada. Un paraje desolado y desértico en dónde ni siquiera alguien completamente loco se aventuraría a transitar.
¿Cómo habría llegado hasta allí? Mis ropas estaban destrozadas y tan sólo conservaba un zapato. Tenía el pelo enmarañado y sucio y al llevarme las manos a la cabeza comprobé que, en algunas zonas, varias calvas habían sustituído al cabello.

Quise llorar...y tampoco pude. Mis ojos estaban completamente secos y, tan sólo el corazón seguía resonando con ese ritmo extraño que me producía un intenso dolor.
Me esforcé en relajarme y tratar de esperar a que la luz se instalará del todo en el cielo. Necesitaba comprender lo que podía haber ocurrido, pero mi corazón comenzó a latir cada vez más lento y me fui adormeciendo poco a poco.

Dejé de pensar y casi de sentir. Y en mi semiinconsciencia comencé a oir el ruido de un motor que se acercaba lentamente. Apenas tenía ya fuerzas y tan sólo deseé que, al menos, alguien advirtiera mi presencia y quisiera socorrerme.
-¡Vamos tío! que este es ya el último. Vacíalo aquí mismo que ya estoy deseando llegar a casa.

Nadie se fijó en mí. Al instante, sentí cómo una montaña de desperdicios caía sobre mí sepultándome del todo.
Antes de que me llegase la oscuridad total aún pude pensar: Esto se acabó. Bueno, al fin y al cabo, tan sólo soy...una muñeca de trapo

Adel

Bajé a la orilla del rio.....


Desde siempre, contemplaba su cauce asomada al puente de madera y me quedaba ensimismada escuchando el canturrear de sus aguas entre las piedras, camino del mar.

En aquel entonces, acercaba siempre alguna piedra grande, lo suficientemente grande como para llegar bien hasta la barandilla del puente y así, apoyados mis brazos en ella, dejar que el rumor del agua me llevara, como en un sueño, a otro parajes desconocidos por mí.

A veces, tiraba alguna piedra para que hiciera compañía a las que se veían en el fondo. El agua era transparente y cristalina y con los rayos del sol, brillaba tanto, que yo imaginaba que esas piedras del fondo eran piedras preciosas al cuidado del vigilante río.

No era fácil bajar hasta la orilla. El terreno tenía dificil acceso y la pendiente era muy pronunciada.
Pasé muchas tardes allí, a solas, y algunas veces con mi mejor amiga que me acompañaba, aunque tenía que suplicarle para que lo hiciera ya que ella no encontraba razón ni le divertía nada pasarse horas mirando correr el agua del río.

Tal vez, era que mi amiga no tenía necesidad de buscar otros horizontes ni sentía deseos de navegar....o de volar. Pero yo, miraba con envidia las hojas que caían de los árboles y eran transportadas hasta quién sabe dónde. Seguía su curso hasta que las perdía de vista y deseaba que algún hada apareciese de pronto y quisiera convertirme en hoja para viajar lejos. ¡Habría sido tan feliz!

Las libélulas parecían adivinar mi deseo y revoloteaban cerca del agua, entre los juncos o posándose en la hoja de alguna planta cercana....como invitándome a bajar hasta la orilla y particitar en su fiesta.

Hoy...vuelvo a contemplar el río. El puente ya no es el mismo...el río, tampoco. Sigue teniendo el mismo nombre, eso sí, y posiblemente, las piedras del fondo también sigan siendo las mismas. (Al final, sólo son piedras y nadie se las habrá llevado pensando que son "preciosas").

El agua tampoco es la misma. Nunca lo es. Apenas atraviesa tu mirada ya es otra agua la que ves. Jamás permanece para esperarte, para saludarte cuando vuelves; para recordar contigo aquellas tardes en las que deseaste ser hoja a su merced.
Y ya...tampoco es transparente ni cristalina. Ni el sol la hace brillar. Ni siquiera apetece echar alguna piedra en esas aguas de extraño color.

Pero ahora....ahora ya se puede bajar sin peligro hasta la orilla. Me pregunto ¿para qué?
En aquel tiempo hasta se podía beber ese agua, pero ahora...nadie se atrevería a hacerlo. Da pena ver esas aguas convertidas en un líquido de color indefinido, turbio, sucio...

Me alegro de que mis recuerdos se fueran navegando en compañía de aquellas hojas por aquellas limpias aguas. No queda nada de su rastro de entonces, ni siquiera libélulas.

Aún así, me animo a bajar hasta la orilla. Beso las yemas de mis dedos y los sumerjo un instante en ese agua de color indefinido.
Tal vez el río me reconozca. Tal vez, ese beso, consiga llegar vivo hasta el mar...

viernes, 15 de julio de 2011

GRACIAS


No sé por qué, estoy teniendo problemas en este blog(los dos anteriores que tenía han desaparecido) y no puedo contestar a las personas que dejan comentarios a mis escritos.

Os doy a todos mis más sentidas gracias y espero poder solucionar lo más pronto posible este engorroso asunto.

Muy agradecida

Adel

jueves, 14 de julio de 2011

Estoy cansada...



Estoy cansada de abrazar el aire,
de ese aire que siempre se me escapa;
que se escurre de mi abrazo, que me esquiva,
que se pierde en el vacío de la nada.

Estoy cansada de ser mujer arena,
de que se pierdan los contornos de mi alma;
de que caigan mis deseos grano a grano,
y se los lleve hasta el mar cualquier riada.

Estoy cansada de decirte que te quiero,
de que no encuentren eco mis palabras;
de escuchar en las noches tus silencios,
de que amanezca y esté mi cama helada.

Estoy cansada, amor, de tantas cosas
que el cansancio me deja sin palabras;
no volveré a decirte que te quiero
ni que espero al ocaso el rumor de tus pisadas.

Ni te diré que sueño con tu boca,
con tus tibias manos en mi espalda;
sé que siempre seré mujer arena
a mercced de cualquier viento
sin ninguna consistencia, sin amor, sin esperanza.

miércoles, 13 de julio de 2011

Mis cinco sentidos


Una extraña embriaguez
me recorre la sangre por dentro
sin haberte aún bebido.
Vértigo mortal
de lujuria, deseo y pasión
en el que giro y giro.

La mente huye
se separa del cuerpo, corre loca
en busca de tí, a su libre albedrío.
Y mientras, el cuerpo cobarde
se refugia en esta prisión
con grilletes hasta en el corazón.

Ni una mirada.
Ni siquiera una voz.
El silencio aprisiona con fuerza
y hasta hace perder la razón.
En la noche se mueren
de hambre y de sed...y sin tí
mis cinco sentidos.

Adel

Siempre supe de ti...



Siempre supe de tí.
Antes de conocer el mar
te reconocí en el río.
El agua
llevaba tu nombre escrito.
Salpicaba mis orillas
llamando a gritos a mi piel.

Agua de lluvia
que seguía la huella de mis pies.
Jugaba conmigo y, al amanecer,
se subía a una nube cercana
y convertida en rocío
se dejaba caer.

Al fín, un día...
te encontré en el mar.
El río llevó hasta la playa
tu nombre y tus besos de sal.
Sólo tuve que abrirte
mis brazos y dejarme llevar.

Siempre supe de tí.
El agua que estaba esperando
con ansia mi piel
ya ha llegado hasta mí.
Sedienta de amor
buscaba también tus orillas.

Me sumerjo en tí.
Juntas ya para siempre
tu vida y mi vida.
Eternos amantes
      de principio a fin.     
                                                 

                                                    Adel

Libre


Intento negarle a mi mente tu recuerdo,
intento negarle a mi corazón ese latido
que era tan sólo tuyo; ese sentimiento
en el que siempre se sentía envuelto
como en un abrazo eterno, siempre vivo.

He de arrancarte de mi piel; ese tatuaje
hecho de caricias falsas, de besos mudos
me quema cada día más; ¡Es un suplicio!
He de negarle a mi mente tu recuerdo
si es que quiero vivir libre de nuevo.

Adel

Noche y Dia



Se empeña la Noche en hacerse eterna.
Se aferra con fuerza
a los cuatro puntos cardinales
de mi cama, sujetando las sombras
con sus garras duras y afiladas.

Lucha a muerte, contínua, con el alba.
Nadie quiere ceder.
Noche y Día en perpetua batalla.

La oscuridad sabe que será vencida.
Pero se resiste.
Tarde o temprano, la Noche recibirá
en su centro la dentellada
que la irá desgarrando como a la seda
aunque de acero lleve la coraza.

Nada detiene a la Luz. Nada.
Cierro los ojos con fuerza, no quiero
ser testigo de la guerra desatada.

Llamo al sueño.Le pido que aleje
de mi mente las imágenes que la Noche
quiere grabar a fuego en mi alma lastimada.
Ya se acercan galopando mil caballos blancos.
Huye la Noche, vencida y derrotada.
El sueño, deja su firma
en forma de flor sobre mi almohada.

alba

Si un dia me preguntas...


SI UN DÍA ME PREGUNTAS

Si un día me preguntas
y no te digo nada,
será porque me fui
tras la sombra del olvido,
será porque me he perdido
tras las huellas
de una noche desvelada,
será porque madrugué
huyéndole al polvo
que envenena mis pasos,
será porque me marché
a cazar en la oscuridad
de una cordillera lejana,
será porque le crecieron alas
a la sonrisa,
a los ojos que alumbran mi vida,
y se perdieron allende
la inmensidad del universo,
será porque ya tus senos
no cabalgan sobre mi llanura
y como dos rosas se marchitaron
entre las hojas de una madrugada.

Si un día me preguntas
y te respondo ausente la mirada,
será porque me fui
más allá de las riberas del tiempo,
donde se extravió la primavera
y la intimidad
de las hojas secas del otoño.

Ebnu



Volando sin alas




Me gustan los espacios abiertos, silenciosos, sobre todo en esos instantes anteriores al amanecer; cuando la noche aprieta los dientes y hace un último esfuerzo por parir un nuevo día. Y se va abriendo paso la luz en un parto, a veces doloroso, pero siempre lleno de vida.

Me gusta caminar por las calles aún desiertas, oir el ruido de mis pasos apaciguados, intentando no despertar a las estrellas que van cayendo dormidas hacia la noche que no es mi noche. Y me gusta, sobre todo, llegar hasta el mar a la misma hora en que suena el despertador en los árboles con su algarabía de trinos llamando al sol.

Las olas aún están en un delicioso duermevela, acunándose unas a otras, remoloneando en un último intento de permanecer en esa serena quietud.

Amanecer....y volar. Aunque las alas se vuelvan negras. Y pesen como plomo, impidiendo ver el cielo, impidiendo elevar el espíritu y salir en desbandada con la multitud de aves que saludan al nuevo día.

Pero....siempre amanece. Siempre hay alguien que te presta unas alas blancas para remontar. Para seguir a los pajarillos o a las gaviotas y planear sobre el azul...sobre el azul del mar. Y dibujar una sonrisa en el paisaje. Y decir: GRACIAS.

La quinta farola



El empedrado de la calle brillaba como el acero a causa de la lluvia y resultaba tan resbaladizo que le obligaba a caminar con excesiva cautela. Tan sólo un par de farolas conservaban su luz y la noche era tan silenciosa y lúgubre que ni siquiera se oía el consabido maullar de la gata que frecuentaba el callejón pidiendo algo de comer a la mujer que, cada noche, acudía a dejar junto a la quinta farola las sobras de la cena y algún que otro añadido extra de propina para el postre.

Esa noche ni un solo ruido turbaba el espeso silencio. Nadie se asomaba al escuchar sus pasos que retumbaban como truenos de la ya extinguida tormenta.

Al pasar junto a la quinta farola descubrió su cuerpo. Tendida en el suelo, el cabello mojado cubriendo su hermoso rostro y la ropa en completo desorden. Una herida en el pecho que podía haber sido causada por un disparo o tal vez por un arma blanca. Eso ya no importaba.

Un riachuelo formado por el agua de lluvia bajaba teñido de rojo a perderse en el sumidero de la alcantarilla cercana. Esa noche ni la quinta farola hubiese querido conservar su luz.

Se alejó despacio, silenciosamente, en busca de ayuda. De ayuda....¿para qué? ¿para quién? Comenzaba de nuevo a llover... o tal vez era el cielo que rompía a llorar.

Adel

martes, 12 de julio de 2011

Algún día...


Algún día seré feliz. Seguro que sí. No es que ahora no lo sea, soy feliz a mi manera, pero ahora estoy hablando de "otra" felicidad. De esa que siento cuando dibujo palabras en el aire y veo cómo se convierten en cometas y vuelan hasta donde las envío. Y llegan, que es lo importarte.

Durante el viaje se entretienen entre ellas, juegan y forman frases, unas veces dulces, curiosas o elegantes; algunas otras, el dibujo se deforma un poco y la frase parece algo triste....pero continúan el viaje. De vez en cuando, hasta se juntan unas frases con otras y forman una guirnalda que adorna el hermoso cuello de alguien querido...y se queda el tiempo suficiente como para que las palabras se fundan con el calor de esa suave piel. Y allí se quedan, viviendo para siempre.

Sé que, en algunas ocasiones, algunas se pierden; ése es un penoso y triste dolor, pero....es que, como ya dije al principio...."algún día seré feliz". Y eso ocurrirá cuando pueda recoger todas esas palabras perdidas....porque sé a dónde fueron a parar: al mar.

Y allí, en el mar, las encontraré a todas, reunidas en alguna playa solitaria y escondida; jugando con conchas y caracolas, dejándose acariciar por las olas mientras esperan mi llegada. Y yo llegaré, y me uniré a ellas en sus juegos; y formaremos otras nuevas palabras que escribiremos en la arena, muy cerca del agua para que las olas las vayan borrando mientras las escribimos.

Serán palabras que solamente podremos leer quienes hayamos llegado hasta ese punto....sin retorno. Ya sabéis...cuando yo sea total y auténticamente feliz...

Adel


El guardián del agua

los vi venir con sus piedras de rubí y de diamante,
brillando cegadoramente;
yo tomé y esgrimí mi tosca lengua céltica, y paciencia, y valor,
y luz aún sin descifrar;
pero con el corazón ardiendo los llevé al manantial de agua viva
y de él bebieron;
[yo, mientras, regué mi laurel,
más aún, prendí mi candil]
nos despedimos justo junto al brocal del aire,
donde medra la rosa pura y blanca,
donde todo es camino y los mundos parten
en todas direcciones;
estoy velando la virtud del agua
y es de noche;
los arcontes del fuego beben al amanecer.


del libro inédito Todos los fuegos
http://www.oriondepanthoseas.com