martes, 8 de septiembre de 2015

Para ti, sí, para ti...

Te amaba. Nunca sabrás cuánto. Y ni te preocupaste en averiguarlo: sólo recibí de ti gritos, insultos, desprecios. Y pronto me hiciste saber que había "otra". Virtual, eso si, pero ella era quien a ti te importaba. Y a quien tú amabas. Tal vez por eso, porque era virtual. Ridículo, eso me parece, ya que ella nunca quiso conocerte. Tal vez, también porque tú también eras virtual. Y eso es más cómodo y así podía irse con sus amigas de viaje aquí y allá. A cualquier sitio menos donde tú vivías. Ahí era yo, la tonta del bote que iba una y otra vez cuando tenía días libres. Era yo la que soportaba tu mal humor, tus desplantes, tus desprecios. No sé cómo ni por qué aguanté tanto. Bueno, sí lo sé: porque te amaba y creí que tü también a mí. Pero ya ves. Todo era una farsa y aún hoy que ella ya no está (desgraciadamente falleció) tú aún la amas con más fuerza. Pero al final desperté y supe que no debía soportar mas tu maltrato. Sí, tu maltrato. Porque esa forma de tratar a una persona no tiene otro nombre. por mas que quieras seguir insultándome NO TIENES NINGUNA RAZÓN NI NINGÚN DERECHO.

Te amaba y ya no te amo. Pero te deseo todo lo mejor. Al menos en eso no me parezco a ti que me deseas todos los peores males. No te deseo que seas feliz porque si no cambias (y eso es imposible) nunca podrás serlo. Pero es lo que podría desearte. Al menos intenta olvidarme que ya veo que no lo consigues.

Adiós.