domingo, 18 de diciembre de 2011

Por si vienes.....



No es un árbol de Navidad, tan sólo es un árbol rojo y a sus pies puedes ver, si quieres, todos mis mejores deseos para ti...ahora, en estos días tan duros y siempre. Están envueltos en papeles de los más bonitos colores.

Sólo para ti, mi mejor abrazo.

Adel

jueves, 15 de diciembre de 2011

Desde la cueva....


No sé lo que le pasa a este blog ni creo que sea capaz de adivinarlo, porque soy bastante negada para rebuscar por los entresijos esos por los que hay que andar con una linterna y gafas de bucear, pero el caso es que se me ha vuelto a esfumar la imagen de cabecera y por más que la he intentado poner de todas los tamaños no hay forma de que quede del tamaño que quiero.

Y menos mal que me ha permitido poner ese acuario de pececitos que se supone que son de agua de mar...por eso del título.

De todas formas seguiré intentándolo cada vez que que entre por aquí...hasta que se canse de rechazarlo. Y como no he podido hacer nada con lo de la imagen pues me he decidido a poner el árbol de Navidad ( pufff! debo de estar loca)...el pobre estaba lleno de polvo y telarañas jajaja ( es broma) pues llevaba  unos años escondido dentro de un armario en la terraza. Esto de estar escondida en la cueva tiene unos resultados extraños.

El Belén no he podido ponerlo. Totalmente imposible. Mi hijo, que de vez en cuando tiene unos arrebatos de total limpieza, empezó a vaciar cajones y armarios y por tirar, hasta ha tirado la caja en la que  guardaba el Belén,que por cierto, tenía algunas figuritas de cuando era yo pequeñita.... Piezas de antigüedad y de museo jejeje. Una pena que ya no tiene remedio y que de nada vale enfadarse o sentirlo.

Asi que si me animo a poner algo más...intentaré hacerlo yo manualmente, que tiempo tengo bastante aunque ganas ... algo menos.

Bueno, pues eso, ahora voy a tomar algo calentito y me volveré a la cueva, que parece que está acostumbrándose a mi presencia y empezamos a llevarnos muy bien.

Besitos


Adel

lunes, 12 de diciembre de 2011

Casi de revés...


Como digo más abajo, estoy en ese "punto" al que yo llamo de no retorno porque me parece siempre que nunca volveré a estar más o menos como suelo ser y estar el resto del año: un poco bien y un poco regular...un tanto así y otro algo al revés; o sea como casi todos los humanos.

Pero en este tiempo que suele empezar cuando Noviembre empieza a declinar y se avecina Diciembre, yo... ¡uffff! no sabría como decirlo; en este tiempo y hasta que pase medio mes de Enero yo no soy yo y me gustaría esconderme en alguna cueva, muy lejos de aquí, entre la frondosidad de algún bosque tal vez, en donde el silencio fuera total....o casi y tan solo fuera roto por el canto de los pájaros o de algún otro animalillo. Ay señor, qué rara soy...pero no lo puedo evitar. Estos días que se avecinan me vuelven del revés y si casi nunca me siento nada, en este tiempo me siento NADA con mayúsculas y solo pido a gritos en mi profundo y diario silencio unos brazos que me abriguen: ¡Casi nada! Eso es más difícil que esperar el premio Gordo en la lotería.

Así que si hasta ahora he tardado tanto en aparecer por aquí, no sé cuando volveré a asomarme. Tal vez sea al año próximo o tal vez sea nunca...pero hasta es posible que sea mañana mismo. Eso depende...¿qué sé yo de qué dependerá? Os echo de menos a muchos de los que soléis pasar por esta vuestra casa..y al menos he tenido noticias de alguien que me ha "añadido a su círculo" y me ha invitado a...no sé qué..porque la verdad es que de esos sitios no soy asídua y no sé cómo llegar a ellos. Pero estoy muy agradecida y me ha hecho sonreir. Y desde aquí...y luego...le daré las gracias.

Os deseo a todos que paséis estas fiestas que se aproximan lo más adecuadamente a vuestros deseos y gustos y que lo que queda de año y el próximo sigáis luchando por ser felices porque con la que está cayendo va a costar un poco bastante. Al menos ese es mi deseo.

Yo..me voy corriendo a mi cueva antes de que alguien me encuentre...

Adel

Punto de no retorno...



Una llanura infinita se abre ante mis ojos. La velocidad aumenta cada vez más. Quiero llegar -o tal vez ya haya llegado y no lo sepa- a ese punto de no retorno del que ya, es imposible regresar.
Es imposible y, además, no quiero.

He perdido la gravedad de mí misma y voy hacia la tuya que me atrae irresistilemente. Me dejo llevar a velocidad de vértigo. Sé que mi sistema de frenado no funciona en estas ocasiones y tan sólo pretendo que el aterrizaje sea suave y seguro. Nunca es duro caer en los brazos de quien te espera. Ya he probado esos brazos y sé que tienen la energía necesaria para acogerme, para refugiarme en ellos; la dulzura suficiente para hacer que esa llanura infinita sea siempre así...abierta al mejor horizonte, limpia de tropiezos que pudieran dañarme, sin nada que intente cortar o desviar mi trayectoria.

En esa llanura infinita se halla cuanto deseo. El horizonte está a mi alcance y si alargo mis manos puedo tocar el cielo y el mar.
¿Qué más puedo desear? Cierro los ojos con fuerza para olvidar todo lo malo que dejé atrás. Ya pasé la señal de Punto de no retorno.....
Abre los brazos, amor, voy hacia tí....
Adel



viernes, 11 de noviembre de 2011

Desvelada




Estoy rara esta noche; creo que va a ser complicado dormir bien o tan siquiera dormir. Me doy cuenta cada vez más -y a  mis años ya debería estar de vuelta- de que nadie puede confiar en nadie y mucho menos confiarse. Cada cual tiene que comerse sus propios marrones - y los de los demás colores también- y dejarse de tonterías. Es triste pero es así, no hay más vuelta de hoja. Me da rabia pensar así pero es que la vida te lo va demostrando contínuamente y de qué vale pensar que estás en un error. 
 
No sé porqué pero antes de acostarme he estado repasando unos cuadernos de hace ya algún tiempo en el que, por lo que en ellos escribí aún era yo bastante confiada y pensaba eso de que: "to er mundo é bueno"... Así me iba a mí entonces...y así me sigue yendo en estos momentos. Está visto que no aprendo. Hay que ver, de todas formas qué diferentes formas de pensar, o mejor dicho de sentir entre aquellos escritos y los de ahora. Aún me quedaba algo de inocencia y más de una vez he sonreído al leer lo que escribía entonces y más de otra me han entrado ganas de llorar.
 
He estado a punto de romper todo lo escrito y unos cuantas hojas sí que he arrancado de la rabia que me daba la constatación de mi estupidez. Esto de repasar cajones y tratar de hacer limpieza se está convirtiendo en algo demasiado doloroso, pero no queda más remedio que aligerarse de equipaje antes de que llegue la parca y me pille con el petate a medio hacer. La verdad es que no me apetece que todo el mundo se entere de que he sido más ilusa aún de lo que ellos pensaban. (El mundo, vamos) Total...que he cerrado el cajón y me he venido aquí a desahogarme un poco porque aquí no me conoce nadie (o casi) y quien me conoce ya sabe de mi estupidez y de mi estulticia.
 
Y lo que dejo escrito por aquí no lo va a encontrar quien yo no quiero. O sea, nadie. Aún me queda mucho por repasar, mucho que tirar y mucho que quemar (porque hay cosas que me da pena eliminarlas de otra forma). Caray, cuánta porquería se llega a reunir al cabo de los años! Espero que me quede tiempo suficiente para hacer limpieza casi total. Así que si esta noche veo que no hay forma de cerrar las persianas me vendré otro rato a dar la tabarra a quien sea....

Ayy señor, ¡qué cruz!

Adel


miércoles, 9 de noviembre de 2011

Las voces del silencio




Hoy me desperté algo mustia: este es el resultado. Al menos me sacudí la pereza.

Amanece un día gris, un día de esos que dejan el ánimo enredado en la melancolía. El otoño continúa avanzando despacio, despacio, hacia su desembocadura en el frío invierno que le espera agazapado y sin color. No me gusta el invierno. No me gusta sobre todo Diciembre y Enero. Demasiado alboroto,  demasiado ruído.

La verdad es que nunca me gustó ese tiempo ni siquiera cuando era pequeña. Me gustaría irme esos dias a ver el mar. En esos dias está solo, silencioso y calmado. Tal vez lo haga. Tal vez me escape y pase esos dias en la soledad de esa playa larga, extensa y plácida. El mar siempre me llama y quisiera estar a su lado y poder dar largos paseos, disfrutar de su silencio y sentir el sosiego que me inunda el alma. Escuchar las voces del silencio que me hablan, sentir las mil manos que me ofrecen siempre algo hermoso.

El mar siempre tiene una conversación intensa y silenciosa para la que no todos los oídos están preparados. El olor del mar, su rumor; el aroma de los pinos que se inclinan hasta tocar el agua... Todo tiene una magia que es difícil de explicar y muy fácil de disfrutar. Muy fácil para quienes amamos el mar y sus silencios. Silencios que a veces nos hablan y que hay que saber escuchar. No siempre la soledad es sinónimo de aislamiento; pero hay que saber escuchar, hay que saber descifrar los misterios que nos son revelados a través de la música que interpretan las olas al romper mansamente en la arena o con furia devastadora sobre las rocas.

Silencio del mar que nos habla. Silencio que me gusta escuchar en esas tardes plácidas y serenas cuando tan solo queda el rastro del sol que ya se hundió en el horizonte; esa huella que da paso a otro tiempo de silencio, de calma y de sueños que tal vez algún dia puedan ser posibles y verse realizados.


Adel

lunes, 7 de noviembre de 2011

Tengo una cajita


Tengo una cajita guardada en el alma
repletas de letras, signos y palabras.
Redonditas, suaves, cortitas,
picudas y largas.
Unas van solitas, no quieren compaña,
otras necesitan que alguien las abrace
y se una a ellas para estar más guapas.

A veces se juntan en largas guirnaldas
y hacen una frase llena de palabras.
Otras, unen letras un poco enojadas
y forman sonidos que hieren el alma.
Pero, casi siempre
juegan
tan contentas que danzan
al aire y dicen que te aman.

Enlazan la A con la M
dos letras que solas no parecen nada,
pero la redonda O y esa tan rarita
que está algo inclinada  R se junta con ellas
y forman las cuatro una hermosa palabra.

A M O R. Para dar, recibir o sentir.
Para que se llene de alegría el alma.
¿Queréis unas pocas?
Seguro que todos los que lean esto
sabrán que es hermoso sacarlas del alma
y dejar que la Vida se llene
de AMOR con hermosas palabras.

Adel



Nacida de ti





Me has nacido, amor.
Vagaba en el profundo silencio
por el sendero de la No-Vida.
Llegaste a mí para nacerme.

Me alimento de tus palabras;
de tus besos, tus manos y las caricias
de ese mar
que llevas en la mirada.

Me cubre y me proteje tu piel;
me salva de mil naufragios,
me abriga de otros mil soles,
me sirve de reposo y de guarida.

En tu abrazo descanso
a salvo de pasados y futuros.
Mi presente está en tí.
por ti respiro.
Nacida por ti a la Vida...

Y cada día...
nazco de nuevo...y siento.
Tu amor se me adentra
hasta el centro de mi razón.
¡¡Por ti estoy viva!!


Adel



Noviembre






Noviembre apareció preñado de añoranzas
dando luz a la ausencia, alumbrando el dolor.
Dejando un gran reguero de flores olvidadas...
Flores que se marchitan sin lucir su color.

Es un mes escondido entre otoño e invierno
que no ha visto la lluvia de las hojas caer
alfombrando los campos, adornando el paisaje
como adornan las luces un gris atardecer.

Noviembre sabe a humo de hogueras encendidas,
de leños que se queman calentando el hogar.
De adioses desgarrados y de lágrimas quietas
que quieren deslizarse por el rostro...y llorar.

Llorar por ese tiempo en que fuimos felices
esperando el invierno y la nieve llegar.
Nuestras manos unidas, caminando al descuido...
ajenos a otra cosa que no fuera gozar.

Es Noviembre...y no veo blanquear los tejados
ni abro mi ventana para el frio sentir.
Hoy no hay nieve y están ya mis manos heladas
y...llegará diciembre..y me encontrará sin tí.


Adel


martes, 1 de noviembre de 2011

Oasis





Recuerdo vagamente aquel frondoso oasis
y tus ropas azules como el añil del mar.
El sol, en el desierto, calcinaba los huesos
y se hundía en la arena. Lava ardiente y mortal.

En tus ojos, la noche se miraba, curiosa...
asombrada de ver su negrura brillar.
Y, en los míos, tus ojos encendían la llama
que dio luz a la noche con su dulce mirar.

Dulce, como tus labios; dos dátiles jugosos
que fueron mi alimento, mi energía, mi paz...
Néctar que, me ha llevado en este largo viaje
a través de la inmensa y eterna soledad.

Y, tan sólo la noche, tachonada de estrellas
o el mar, con su profunda y extensa inmensidad,
se asemeja al desierto donde encontré en tus
manos, tus ojos y tus labios...mi oasis de verdad...


Adel


lunes, 31 de octubre de 2011

Ventanas



 

Abiertas al mar, al campo, a la montaña...
A un pequeño callejón, a una amplia plaza...
Ojos abiertos...o entornados, parecen las ventanas.

Aberturas que, a veces, muestran
o esconden el alma de las casas.


Ventanas amplias. Abiertas a la luz de la mañana,
dejando ver sus pensamientos, 
 
su olor, su música o su calma.

 
Ventanas pequeñas. De cristales opacos.
Siempre cerradas. Sombras escondidas
que rehuyen la luz y las miradas.
Misterio, sospecha, temor, inquietud...
Almas que, en la semioscuridad
viven atormentadas.

Ventanucos altos. Perdidos entre el silencio
y la distancia. Inalcanzables a los ojos...
Ocultos casi siempre a las miradas.
Tan sólo el aire y algún rayo de sol
alcanza a traspasarlas.

Ventanas con cristales dobles...o con rejas.
Cárcel donde la tristeza campa a sus anchas.
Prisión que encadena los sueños, las risas,
las palabras. Ventanas siempre cerradas.
Ocultas con visillos, con persianas que guardan
miradas escondidas. Desconfianza.

Persianas mallorquinas, de madera, por donde
sólo se atreve a pasar la luz...y casi a rastras.
Rendijas, para mirar sin ser vistos.
Ausencia. Introversión.

Ventanas mudas de miradas y palabras.
Ventanas que, en esta tarde desapacible y gris,
las abro de par en par, por si quisiera
venir a visitarme...la esperanza.

Adel






miércoles, 26 de octubre de 2011

Dulce otoño



Tengo dentro de mí todo el otoño
con sus mañanas frías y sus atardeceres suaves;
con la melancolía de las ramas desnudas
cuyas hojas alfombran poco a poco el paisaje.

El otoño me cambia y me vuelve más dulce,
se lleva la bravura de los días de estío
y prepara mi alma, como hace una madre
que protege a sus hijos del invierno más frio.

Me muestra los momentos de insondable belleza
cuando la fria niebla en los chopos se enreda.
Como cuando la luna se despeina en la noche
y en rayos plateados su melena nos muestra.

Me llena de colores la arboleda cercana
y de dulces ausencia las orillas del rio
donde todo es silencio y el murmullo del agua
guardan como un tesoro tu secreto y el mio.

No quisiera dejarte escapar de mi alma
dulce otoño que tantas emociones despiertas.
Quédate en mis adentros aunque el invierno llegue
con sus hielos punzantes a llamar a mi puerta.

Adel







sábado, 22 de octubre de 2011

Secretos de la Luna


                                        Cuando la Luna está triste
                                               huye al desierto.
                                        Deja su sonrisa enredada
                                      en las hojas de algún sauce
                                          o la sumerge en el mar.
                                       Cuando la Luna está triste...
                                         se va al desierto a llorar.

                                           A dejarse el alma rota
                                            en esa seca soledad
                                  donde parece que todas las Nadas
                                         salen de pronto a reinar.

                                   Pero...nunca está sola la Luna.
                                       Siguen su vuelo mil ojos
                                          ocultos bajo la arena,
                                       escondidos tras las dunas
                                          vigilando su tristeza;

                                        ofreciéndole una rosa
                                       hecha de roca y cristal
                                        para disipar su pena.
                                                           

                                        La tristeza de la Luna
                                      se refleja en el desierto
                                       convertida en soledad.
                                    
                                     Un mar inmenso de arena
                                 guarda celosamente el secreto;
                            Sólo el viento del silencio lo comparte
                                    grano a grano...gota a gota...
                                     con su hermano, el otro mar.
                                     
                                       Risa y llanto de la luna.
                                             Alegría y dolor.
                                    Dos mares son su consuelo:
                                Mar Desierto...arenas de silencio.
                                     Mar azul...aguas de amor.

    Adel

 

viernes, 21 de octubre de 2011

Que pase la noche...

                                               

                                             Te asomas
                               por las esquinas de mis sueños;
                                   me sorprendes cada noche
                                            pensando en ti.
Busco las sombras
                               que se esconden entre los deseos.

                                           Les doy tu forma;
                                          a ellas me abrazo.
                                                Y vuelo...
                         entre el espeso silencio ausente de trinos,
                                 dormido el canto de la fuente
                                          y preso el viento
                                    entre los cipreses altivos.

                                               Te adivino
                                         en un rayo de Luna
                             que quedó prendido en la madrugada
                                        y que, en un descuido
                                        te atrapó en la noche
                                          y te llevó conmigo.

                                          Quédate a mi lado.
                                           Quédate conmigo.
                                      Soñemos el mismo sueño
                                            y que el silencio
                                     nos envuelva con su canto.

                                           Que pase la noche.
                                    Y que se fundan en uno solo
                                             tu amor y el mio.


                                                    Adel



miércoles, 19 de octubre de 2011

De girasoles y giralunas




                                    
                                        Me gusta soñar despierta
                                          esperando la mañana.
                                           Imaginando paisajes
                                          o viendo nacer el alba
                                    mientras despiertan los campos
                                      y el gallo canta en su granja.

                                          Un melodioso silencio
                                         se va llevando la noche
                                       y  va guardando su manto.
                                          Y recoge las estrellas
                                          apagándolas despacio
                                      mientras la Luna se esconde.
                                      
                                        En los árboles, los nidos
                                        están como alborotados.
                                       Y los pequeños gorriones
                                     chillan, rompiendo el silencio
                                        reclamando su alimento;
                                       llenando de vida el campo.
                                                       
                                         El Sol ya se despereza,
                                       se asoma en el horizonte.
                                         Y su luz va despejando
                                      de sombras campos y valles
                                       mientras le rinden respeto
                                          los gentiles girasoles.
                                     
                                         La Luna quedó escondida
                                          en los álamos cercanos.
                                       Y no se atreve a asomarse
                                       porque si el Sol la descubre
                                        querrá marcharse con ella;
                                       que de ella está enamorado.
                                        
                                             Y volvería la Noche
                                          a adueñarse de la Vida.
                                       Pero esta vez, sin estrellas,
                                       sin sueños, sin despertares.
                                           Y la Luna que lo sabe
                                       siempre se queda escondida.
                                       
                                           Le regalaré a la Luna
                                           un giralunas de amor
                                          para poder ver su cara,
                                        la que siempre nos oculta.
                                          La que no tiene sonrisa
                                       y en la que guarda la pena...
                                           de no ver jamás al Sol.

 Adel



lunes, 17 de octubre de 2011

Extraña tristeza

                                                   
                                     Una tristeza extraña
                                             amanece
                            entre las arrugas de mi almohada.
                                      Una lágrima resbala
                           y queda suspendida unos instantes
                                        antes de posarse
                                   en una de esas arrugas
                                  como intentando alisarla.
                                        
                                         Pero la tristeza
                              que ha amanecido esta mañana
                                es más dura, es más intensa,
                                        es más extraña.
                               
                                Tiene vida propia y se levanta,
                                     se asoma a la ventana,
                                       descorre los visillos
                        y deja entrar la poca luz de un cielo sin color,
                                   de una nube que no es nube
                                    pero cubre hasta el infinito
                                   de este lunes raro y triste...
                         
                             Extraño como esta tristeza que duele,
                                         que impide mover
                                    este cuerpo desmadejado
                                que es incapaz de despertarse
                                             y amanecer
                             a esta mañana  lánguida, desvahída
                                             y  extraña
                                                                         
                         igual que la tristeza en la que está envuelta
 mi alma. 
Adel