martes, 1 de noviembre de 2011

Oasis





Recuerdo vagamente aquel frondoso oasis
y tus ropas azules como el añil del mar.
El sol, en el desierto, calcinaba los huesos
y se hundía en la arena. Lava ardiente y mortal.

En tus ojos, la noche se miraba, curiosa...
asombrada de ver su negrura brillar.
Y, en los míos, tus ojos encendían la llama
que dio luz a la noche con su dulce mirar.

Dulce, como tus labios; dos dátiles jugosos
que fueron mi alimento, mi energía, mi paz...
Néctar que, me ha llevado en este largo viaje
a través de la inmensa y eterna soledad.

Y, tan sólo la noche, tachonada de estrellas
o el mar, con su profunda y extensa inmensidad,
se asemeja al desierto donde encontré en tus
manos, tus ojos y tus labios...mi oasis de verdad...


Adel


4 comentarios:

  1. Precioso poema Adel.
    Si me das tu permiso, de tanto en tanto publicaré en el blog que tengo de poemas, canciones y reflexiones que tienen que ver con el amor algunos de tus preciosos poemas. Ya me dirás si te apetece que lo haga preciosa.
    Un fuerte abrazo

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  2. Hermosos versos, Adel, muy, muy hermosos. Nos trasladas adonde quieres con tus palabras y tu métrica musical y preciosa. Me dejas siempre hechizada cuando te leo.
    Un millón de besos.

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  3. Un poema sugerente lleno de sensualidad,donde te hace desear ser uno de los dos,y tener como fondo el cielo estrellado que seguro que en el desierto tiene que ser como si millones de bombillas alumbraran para no sentirse solo.
    Me a gustado mucho.

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