jueves, 4 de agosto de 2011

El ruido de las cosas...




Es, en el profundo silencio de la noche
cuando mejor se escucha el ruido de las cosas.
De esas cosas que, a veces, ni tienen forma
siquiera, pero se oye su ruido entre las sombras.

Son ruidos estridentes, que algunas veces asustan;
que inquietan, que acobardan, y otras,
que se escuchan como un trueno apagado.
Y se va haciendo sonido su memoria.

Amanece, al fin; la luz nueva renace; y esas cosas
van contigo allá a donde tú vayas, dejando
en el aire su sonido hecho lamento, confundido
con el lamento diferente de otras cosas.

Comienza ya a declinar la tarde, envuelta
en tonos grises, azules, amarillos, rosas...
El silencio, que pretende aproximarse, no llega.
Algo le impide su marcha venturosa.

Ruido, estruendo de cuchillos; pretendidos silencios
que retumban como bombas. La noche avanza
con su carga explosiva. De nada sirve huir.
Llega cierta e inminente la derrota.

¡No!, ¡eso nunca! Podemos abrir las manos
vacías de cuchillos y rencores. Llenas de amor
y perdón. Siempre podemos convertir en melodía
...ese ruido cruel e infernal de algunas cosas.


Adel

5 comentarios:

  1. Menos mal que el final nos devuelve la esperanza y aleja el miedo, Adel. Es un poema muy bueno y muy cierto.
    Mil besitos.

    ResponderEliminar
  2. infinitas gracias por indicarme el camino a tu bella morada sensible y dulce poeta, un besin de esta amiga admiradora.

    ResponderEliminar
  3. Gracias Jana. Espero que tu tristeza haya desaparecido del todo...mira que si no me enfadaré muchísimo.

    Mil besos

    Adel

    ResponderEliminar
  4. Gracias a ti Ozna-Ozna por tu visita y por tus amables palabras. Estás en tu casa.

    Besos

    Adel

    ResponderEliminar
  5. Casi del todo, Adel... esta vez he tenido mucho apoyo, siempre consuela mucho no sentirse tan sola. Sí que estoy mejor, bastante; fue un ataque de tristeza loca como esos virus de verano.
    Besitos, guapa, gracias por preocuparte.

    ResponderEliminar