Hoy, el cielo ha amanecido gris y tristón y, pronto, han
comenzado a caer del cielo copiosas y abundantes lágrimas.
Parece que, al fin, se ha rendido a la evidencia de que
el verano ha llegado hasta su meta y ya, se acaba.
Las tardes comienzan a acortarse y una melancolía
pálida y suave, se acerca tímidamente, como pidiendo
permiso para aposentarse en nuestras almas.
Quedaron atrás los cielos límpidos y azules, tan
brillantes que se reflejaban también en la mirada
y, ahora, están cubiertos por un velo de nostalgia que,
es, como la puerta por donde el otoño vuelve a casa.
Un otoño de colores y aromas diferentes, con
una belleza distinta, sorprendente y más calmada.
Es tiempo ya de cambios, de dejar guardados
los colores vivos y chillones del verano y dejarse
envolver por estos nuevos, tal vez, algo más
silenciosos y apagados pero igualmente bellos.
Los árboles se cubren de ocres y amarillos.
Infinitas gamas de colores que el sol de media tarde
convierte, con la lluvia, en mágicas estampas.
Brillando como piedras preciosas que, con el agua,
hacen temblar las hojas casi moribundas que,
se aferran con fuerza insólita a las ramas.
Pronto caerán vencidas y, una alfombra de vida
cubrirá los campos y los valles, alimentará la tierra
y, cuando vuelva después la primavera, se llenará
de nuevo de colores. Y de la vida que, ahora,
ha decidido descansar y renovarse entera.
Para eso, ha de morir, mostrando su belleza
en estos bellos paisajes otoñales y acompañando
a esta melancolía que, en el alma viene a refugiarse.
Ocres...amarillos. Rojos y naranjas. Colores
de un otoño que ya, viene llamando
con lágrimas de lluvia en mi ventana.
comenzado a caer del cielo copiosas y abundantes lágrimas.
Parece que, al fin, se ha rendido a la evidencia de que
el verano ha llegado hasta su meta y ya, se acaba.
Las tardes comienzan a acortarse y una melancolía
pálida y suave, se acerca tímidamente, como pidiendo
permiso para aposentarse en nuestras almas.
Quedaron atrás los cielos límpidos y azules, tan
brillantes que se reflejaban también en la mirada
y, ahora, están cubiertos por un velo de nostalgia que,
es, como la puerta por donde el otoño vuelve a casa.
Un otoño de colores y aromas diferentes, con
una belleza distinta, sorprendente y más calmada.
Es tiempo ya de cambios, de dejar guardados
los colores vivos y chillones del verano y dejarse
envolver por estos nuevos, tal vez, algo más
silenciosos y apagados pero igualmente bellos.
Los árboles se cubren de ocres y amarillos.
Infinitas gamas de colores que el sol de media tarde
convierte, con la lluvia, en mágicas estampas.
Brillando como piedras preciosas que, con el agua,
hacen temblar las hojas casi moribundas que,
se aferran con fuerza insólita a las ramas.
Pronto caerán vencidas y, una alfombra de vida
cubrirá los campos y los valles, alimentará la tierra
y, cuando vuelva después la primavera, se llenará
de nuevo de colores. Y de la vida que, ahora,
ha decidido descansar y renovarse entera.
Para eso, ha de morir, mostrando su belleza
en estos bellos paisajes otoñales y acompañando
a esta melancolía que, en el alma viene a refugiarse.
Ocres...amarillos. Rojos y naranjas. Colores
de un otoño que ya, viene llamando
con lágrimas de lluvia en mi ventana.
Adel
Adel, yo adoro los rojos y amarillos del otoño, me parece la estación más hermosa, melancólica y dulce del año, me dan ganas de perderme en esos bosques que no conozco porque aquí casi no hay otra cosa que olivos.
ResponderEliminar¡Bienvenido el otoño, disfrutémoslo porque se lo merece! Y ese olor a tierra mojada es el perfume más evocador...
Mil besitos.
Mi querida Adel: He leído tu escrito empapándome de toda la poesía que lleva implícita. Es una preciosidad. Te enlazo para no perderte.
ResponderEliminarBrisas y besos.
Malena
Es precioso, me gusta el otoño lo malo la melancolia que puede conmigo y estoy siempre con el pañuelo tendio.
ResponderEliminarPd;te dejado un premio en mi blog, no si los aceptas pero alli tienes el mio.
Besos
que bonita manera de llegar el otoño, aunque a mi me entristece cuando hay lluvias,saludos
ResponderEliminarEl otoño y luego el invierno, se encargarán de hidratarnos el alma. Lo curioso es que entre tus letras,es siempre primavera.
ResponderEliminarUn abrazo de abrigo
Es tu poema un canto al otoño y sus colores.
ResponderEliminarPor aquí ya se presiente, más que se siente.
Precioso
Besos