Ah! tu mirada. Pensé que no hablaría de tu mirada...pero eso no es posible. Como no lo es dejar de pensar en lo lejos que ha quedado el brillo de tus ojos, ese brillo en el que han quedado pegados a fuego los míos. Tan lejos...y tan cerca porque han quedado dentro de mi alma. Y mi alma arde en esta mañana llena de soledad. Cierro los ojos y contemplo tu cara, tu pelo ensortijado, tus ojos color... ¿qué color le doy a esos ojos que queman al mirar? ¿Qué color tiene el fuego que arde sin llama?
Es lo que siento al pensar en ellos. Fuego, ardor, calor que se adentra en la sangre incendiando los sentidos más oscuros y profundos. Nunca vi ojos como los tuyos... Y en ellos pienso para poder soportar estos dias de ausencia... Y siempre la ausencia...siempre la maldita lejanía en la que deciden nacer los sentimientos. Siempre ese contemplar el cielo para recordar el mar; para poder volver a revivir momentos, risas, complicidades...siempre bajo el fuego penetrante y ardiente de esos ojos que siguen quemando la piel de mi alma...y dando un calor extraño a la piel de mi cuerpo que enrojece como lo hace el fuego al arder...como si sintiera vergüenza de lo que le hace sentir y tratara de envolverse en un disimulado rubor.
Comienza de nuevo...el sentir de mi cuerpo que se creía muerto al sentimiento. Comienza el camino hacia el otoño...en compañía de unos ojos que, de no estar lejos, ya habrían conseguido que mi cuerpo se dejara conducir hacia un incendio imposible de evitar....
Adel
Que bonito !!!!!! Y que pena, que esa maldita lejania te sumerja a esa melancolia de recuerdos.
ResponderEliminarHay miradas que besan todos los rincones del alma.
Besos
Pues es camino se ha de hacer más liviano con esos ojos en el recuerdo. Porque los ojos son la ventana del alma, afortunada, su alma te acompaña y se funde en la tuya.
ResponderEliminarBesos
Parece que siempre encuentro una mirada que me traspasa el alma, lejos...en la otra orilla.
ResponderEliminarY también es cierto que su recuerdo hace más suave la espera hasta el nuevo encuentro.
Onasis, Ananda, gracias por vuestras amables palabras.
Besos
Adel