Abiertas al mar, al campo, a la montaña... A un pequeño callejón, a una amplia plaza...
Ojos abiertos...o entornados, parecen las ventanas.
Aberturas que, a veces, muestran
o esconden el alma de las casas.
Ventanas amplias. Abiertas a la luz de la mañana,
dejando ver sus pensamientos,
Ventanas pequeñas. De cristales opacos.
Siempre cerradas. Sombras escondidas
que rehuyen la luz y las miradas. Misterio, sospecha, temor, inquietud...
Almas que, en la semioscuridad
viven atormentadas.
y la distancia. Inalcanzables a los ojos...
Ocultos casi siempre a las miradas. Tan sólo el aire y algún rayo de sol
alcanza a traspasarlas.
Ventanas con cristales dobles...o con rejas.
Cárcel donde la tristeza campa a sus anchas.
Prisión que encadena los sueños, las risas, las palabras. Ventanas siempre cerradas.
Ocultas con visillos, con persianas que guardan
miradas escondidas. Desconfianza.
Persianas mallorquinas, de madera, por donde
sólo se atreve a pasar la luz...y casi a rastras.
Rendijas, para mirar sin ser vistos. Ausencia. Introversión.
Ventanas mudas de miradas y palabras.
Ventanas que, en esta tarde desapacible y gris,
las abro de par en par, por si quisiera
venir a visitarme...la esperanza.Adel
Qué versos tan maravillosos, Adel, tan inspirados... y qué imágenes tan bellas, las de las ventanas. Recuerdo cuando tenía catorce años, recién llegada a Córdoba, sin conocer a nadie, y también escribí unos versos a las ventanas que se veían desde la mía, preguntándome "quién ama... quién siente... como yo", algo así. Preguntándome si algún día serían amigos los que detrás de los cristales vivían sus vidas. Siempre tan misteriosas y sugerentes, las ventanas que nos encontramos...
ResponderEliminarMil besos, preciosa.
Es cierto Jana, a veces cuando voy por la calle miro hacia las ventanas de las casas y me pregunto qué harán, que sentirán, si serán felices o no, y cosas así sobre las personas que habitan tras esas ventanas...no sé, son cosas de mi forma de ser...
ResponderEliminarGracias preciosa.
Mil besos +1
Adel