martes, 6 de septiembre de 2011

Tiempo de otoño


Se acercaba el tiempo del cambio e inevitablemente iba entrando en ese estado de melancolía y tristeza que, por esas fechas se apoderaba de su alma.
Cuando comenzaba el otoño, empezaba a sentir ese característico cosquilleo. Una mezcla de inquietud y calma; de apatía y desazón unidas que le ponían sobre aviso.
Adoraba el otoño. Era...como entrar en un jardín silencioso y apacible donde reinaba la quietud, el descanso; una agradable pausa después del ajetreo del verano.
Todos sus sentidos parecían relajarse y tomar un tiempo de reposo...de verdadero reposo , ya que el verano solía ser un poco agotador por la cantidad de sensaciones...de deseos peleándose por salir a la superficie. A veces, alegres en demasía y que, el excesivo calor, pronto los dejaba ligeramente desmadejados, faltos de vida y de vigor.
Ese bullir de sensaciones casi siempre terminaba con demasiada rapidez, sin darle tiempo a poder asimilar el cambio,y dejando su corazón en un extraño estado de desilusión y esperanza.
Pronto pudo advertir que, únicamente la desilusión permanecía fiel a su lado mientras la esperanza se alejaba dejándole un amargo regusto de derrota.
Le costaba bastante acomodarse a esa nueva situación y sólo le consolaba la certeza de que pronto aparecería el otoño...un verdadero lenitivo para su alma. Restañando alguna que otra herida, llenándola de sonidos distintos y acariciadores. De colores suaves, de aire nuevo y limpio acompañado de melodías como susurros de hojas... lárgamente deseadas y añoradas como caricias maternales o amistosas.
El otoño era su estación favorita; la sentía como algo propio y muy acomodado a su manera de sentir y a su ánimo. Un tiempo calmado y lleno de sosiego sin la urgencia arrebatadora de la primavera o el exceso pasional del verano.Y mucho menos con el invierno, frío, inhóspito y solitario.
Por eso...era ya tiempo de apuntalar con firmeza los sentimientos, para que ninguna tormenta inesperada los derribase y, pudiese atravesar ese tiempo que , se presentaba harto difícil.
Tiempo de frías mañanas, de rocío convertido en escarcha, de nevadas que cubren el corazón, dejándolo en un estado de letargo y que, en algunos momentos, prefería que permaneciese así para siempre...sin sentir los latidos que impulsan la vida, pero también el reconocimiento de la soledad y la melancolía.
Adorable otoño...de cielo limpio surcado de nubes blancas, como retazos de su alma deshaciéndose en busca de ese momento del verdadero y ansiado reposo.


Adel

3 comentarios:

  1. Describes de tal modo el otoño, sosegado, amable, íntimo, que para mi ya es la estación favorita.
    Tienes mucho talento para comunicar sensaciones.

    Te dejo un abrazo.

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  2. El otoño es mi estación preferida y, aunque aquí tardará un poco más que en otros lugares en llegar, ya se huele su estela, temprano en la mañana.

    Besos

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  3. El otoño es hermoso. Se viste de colores cálidos y amables para suavizar el ardiente calor que no nos dejó disfrutar durante el verano.

    Me alegra que sea vuestra estación preferida.

    Gracias Samuel. Gracias Trini.

    Besos para ambos

    Adel

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