Llevo un buen rato con mi cuadernito y mi boli intentando escribir algo y...no se me ocurre nada.
Y es que hay dias, como hoy, por ejemplo, que no hay forma de enhebrar las palabras y siento las ideas como si un gato hubiera estado jugando toda la noche con ellas.
Bueno,lo que quiero decir es que tengo la cabeza llena de imágenes totalmente enmarañadas y asi...no hay quien escriba algo un poco comprensible o coherente.
No sé a qué se deberá que unos dias me resulte fácil dejar mis pensamientos en el papel y otros, en cambio, no sea capaz de poner dos palabras juntas y con un mínimo sentido.
Tal ves sea por el estado de ánimo y esas cosas, pero noto que, cuando estoy un poco ¡PLUFF! como yo digo, me gusta alejarme, cogida del brazo de la imaginación a viajar hacia otros lugares más agradables. Pienso ahora en un tren que recorre campos llenos de belleza...y me acerca hasta el mar y noto cómo me acaricia su brisa y siento su rumor y su música.
En esos momentos, me gusta cerrar los ojos e imaginar. Imaginar que estoy en aquel tren. Aquel pequeñito y antiguo tren que recorría campos llenos de almendros cubiertos por ese maravilloso manto, blanco como la nieve, que son sus flores. De naranjos y limoneros.
Viendo amanecer mecida por el suave y dulce traqueteo del tren y contemplando cómo se asomaba tímidamente el sol entre las hojas de los árboles. Llenando de luz ese cielo tan azul...camino del mar.
¡Es tan fácil sustraerse a la realidad con la Loca de la casa!...con la Imaginación....
Y es ella, precisamente, la que todo lo embrolla y lo lía. Y me fabrica sueños inalcanzables; imágenes paradisíacas como las que acabo de dejar atrás. Y luego...lo mezcla todo en mi cabeza, sin ningún cuidado, sin ningún pudor. Haciendo que mi ánimo se altere , se trastoque y no sea capaz de escribir...si no es de élla.
Es una auténtica tirana que me trae y me lleva como a una marioneta cuyos hilos maneja a su placer.
Y...¡de nada valen las súplicas! Élla es quien lleva las riendas, arrastrando mi mente y mi corazón, cuando quiere, por los pedregales de la realidad y haciendo que deje en ellos , pedazos de alma y de vida.
¿Creeis que algún día podremos con élla? ¿Que existe algún modo de ponerle freno?
Yo, creo que no. Y si he de ser sincera, prefiero que así sea, pues mientras ella exista, la vida puede ser mucho mejor y más placentera.
¿Veis? Al final...élla, siempre...siempre...sale triunfadora.
Puede ser una bendición... o una maldición, muchas veces. Pero sin ella estaríamos tan vacíos como una concha abandonada.
ResponderEliminarMe da la impresión de que te sientes un poco melancólica. Si es así, ¡arriba ese ánimo, pequeña, que cada día puede dejarnos un nuevo recuerdo que atesorar!
Besitos.
Bendita toda ella sea, y te lo digo en serio, si no la tuviera a veces creo que me habría vuelto loca, como una regadera vamos.
ResponderEliminarUn Beso.