A veces, el tiempo pesa como manta mojada y se hace lento nuestro caminar por la Vida. Añoranzas y deseos pesan demasiado sobre los hombros del alma; hasta soñar, es un esfuerzo doloroso y, así, una tras otra, van quedando las noches desiertas y vacías.
Vacías, como vacíos quedan los bancos de los parques en invierno, donde los amantes soñaban al calor del amor y el entorno florecía con sus besos y caricias a la luz de la luna o bajo el ardiente sol.
Hoy...veo el parque desierto -y no es invierno-, los bancos abandonados y huérfanos de amor. Ya, nadie viene a compartir sus sueños con la brisa y los besos se quedaron escondidos entre el ramaje que crece, descuidado; sólo la lluvia proteje algún deseo que quedó perdido en algún árbol cercano...entre las hojas caidas o en su tronco grabado.
El tiempo ha pasado, arrasando sentimientos, dejando un poso triste de nostalgia en este rincón donde ya, tan sólo viene a refugiarse un perro abandonado. Parece que sabe que, aquí, quedaron algunas caricias olvidadas y, entre ellas, encuentra consuelo para su abandono, para la ingratitud humana....para la nostalgia.
Es triste y melancólico volver al lugar donde hubo vida, risas y alegría, y encontrar que la vida también lo ha destrozado. Y tú sabes describirlo con belleza y sentimiento, Adel. Y has elegido dos imágenes muy adecuadas.
ResponderEliminarBesitos, me gusta mucho tu blog.
El tiempo ha pasado...dejando un poso...cuánta razón...pero hay que mirar hacia delante y disfrutar lo que actualmente tenemos a nuestro lado.Un abrazo desde Murcia.
ResponderEliminarConfía en el tiempo, el es sabio ....
ResponderEliminarTu escrito tiene mucha verdad , yo me he sentido así y solo el tiempo poco a poco nos quita la nostalgia aunque no del todo
Un abrazo desde México