Siempre supe de tí.
Antes de conocer el mar
te reconocí en el río.
El agua
llevaba tu nombre escrito.
Salpicaba mis orillas
llamando a gritos a mi piel.
Agua de lluvia
que seguía la huella de mis pies.
Jugaba conmigo y, al amanecer,
se subía a una nube cercana
y convertida en rocío
se dejaba caer.
Al fín, un día...
te encontré en el mar.
El río llevó hasta la playa
tu nombre y tus besos de sal.
Sólo tuve que abrirte
mis brazos y dejarme llevar.
Siempre supe de tí.
El agua que estaba esperando
con ansia mi piel
ya ha llegado hasta mí.
Sedienta de amor
buscaba también tus orillas.
Me sumerjo en tí.
Juntas ya para siempre
tu vida y mi vida.
Eternos amantes
de principio a fin.
Adel
No hay comentarios:
Publicar un comentario